No hagas tropezar a los demás
agosto 11, 2017La batalla contra nuestro carácter
agosto 25, 2017Pedro, pensaba que amaba a Jesús más que los demás. Sin embargo, lo negó tres veces consecutivas “En ese momento, el Señor se volvió y miró a Pedro. De repente, las palabras del Señor pasaron rápidamente por la mente de Pedro: «Mañana por la mañana, antes de que cante el gallo, negarás tres veces que me conoces». Lucas 22:61” Luego, algunos días después de que Jesús resucitó Pedro y otros discípulos fueron al lago a pescar. De repente Jesús se acercó y Juan fue el primero en reconocerlo: “Entonces el discípulo a quien Jesús amaba le dijo a Pedro: «¡Es el Señor!». Cuando Simón Pedro oyó que era el Señor, se puso la túnica (porque se la había quitado para trabajar), se tiró al agua y se dirigió hacia la orilla. Juan 21:7”.
¿Pedro había olvidado que acababa de negar a Jesús? ¿No tenía vergüenza? ¿No era mejor mantenerse alejado y presentarse en último lugar? No, al contrario, Pedro se apresuró a reunirse con él porque confiaba en el amor de Jesús y además en su perdón. Sabía que a pesar de su corazón apresurado al negarlo Él estaba esperándolo con sus brazos de amor para restaurar la relación que tenían. Pedro dio testimonio de la confianza del amor de Jesús.
Esto puede traer ánimo a nuestra vida, es triste decepcionar el corazón de Dios cuando ya hemos conocido su amor y lo que nos dice a través de la Biblia sobre el pecado, pero Él nos llama al arrepentimiento “pero si confesamos nuestros pecados a Dios, él es fiel y justo para perdonarnos nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad. 1 Juan 1:9” Pero cuando decidimos alejarnos de Dios aún después de haber confesado nuestro pecado ante Él estamos escuchando la voz de la culpa y no la del Padre restaurador que quiere relacionarse con nosotros.
Acerquémonos a Jesús con confianza y humildad, con la valentía de la fe, porque él nos ama. “Así que acerquémonos con toda confianza al trono de la gracia de nuestro Dios. Allí recibiremos su misericordia y encontraremos la gracia que nos ayudará cuando más la necesitemos. Hebreos 4:16”